Actividades para Prevenir el Ictus en Mayores

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una de las principales causas de discapacidad y muerte en personas mayores. En la actualidad, una gran parte de la población adulta mayor está expuesta a este riesgo debido a factores como la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado y otros problemas de salud relacionados con el envejecimiento. Sin embargo, existen diversas actividades y hábitos que pueden ayudar a prevenir el ictus en los mayores. En este artículo, exploraremos cómo un estilo de vida saludable y ciertas prácticas diarias pueden marcar una gran diferencia en la prevención de este grave problema de salud.

¿Qué es el ictus y por qué afecta a los mayores?

El ictus se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro, lo que provoca daños en las células cerebrales. Existen dos tipos principales de ictus: el ictus isquémico, que ocurre cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro, y el ictus hemorrágico, que sucede cuando un vaso sanguíneo se rompe, causando hemorragias en el cerebro.

Los mayores son particularmente vulnerables a sufrir un ictus debido a una combinación de factores relacionados con el envejecimiento. A medida que las personas envejecen, los vasos sanguíneos se debilitan, y las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la arteriosclerosis pueden aumentar el riesgo de sufrir un ictus. Sin embargo, es importante destacar que muchos de estos factores de riesgo son controlables a través de hábitos saludables.

1. Mantenerse activo físicamente

La actividad física regular es una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de ictus en las personas mayores. El ejercicio no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también ayuda a controlar otros factores de riesgo, como el colesterol alto, la diabetes y la hipertensión.

Tipos de ejercicios recomendados

Para los mayores, lo ideal es realizar actividades que se adapten a su nivel de capacidad y movilidad. Algunas opciones recomendadas incluyen:

  • Caminatas diarias: Caminar es una actividad sencilla y accesible para la mayoría de las personas mayores. Tan solo 30 minutos al día pueden ser suficientes para mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.
  • Ejercicios de bajo impacto: Actividades como el yoga, el tai chi o la natación pueden ser muy beneficiosas, ya que fortalecen el cuerpo sin someterlo a un estrés excesivo.
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular: Con la supervisión adecuada, realizar ejercicios para fortalecer los músculos también puede ser una excelente manera de mejorar la salud general y prevenir caídas.

2. Mantener una dieta equilibrada

Una alimentación saludable es clave para prevenir muchos problemas de salud, incluido el ictus. Comer de manera equilibrada ayuda a controlar el peso, reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, todas las cuales están estrechamente relacionadas con el ictus.

Alimentos recomendados para prevenir el ictus

  • Frutas y verduras: Estas son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos. Las frutas y verduras de colores vibrantes, como los tomates, zanahorias, espinacas y bayas, son particularmente beneficiosas.
  • Granos enteros: El arroz integral, la avena, el pan integral y otros granos enteros contienen fibra que ayuda a reducir el colesterol y mejora la circulación.
  • Ácidos grasos omega-3: Los pescados grasos, como el salmón y la caballa, son ricos en omega-3, un tipo de grasa saludable que contribuye a la salud cardiovascular y reduce la inflamación.
  • Frutos secos: Las nueces, almendras y otros frutos secos son ricos en grasas saludables y antioxidantes que ayudan a mantener el corazón sano.

Evitar alimentos que aumentan el riesgo

Es igualmente importante evitar los alimentos que pueden aumentar el riesgo de ictus. Algunos de estos incluyen:

  • Alimentos ricos en sodio: El exceso de sal puede aumentar la presión arterial, lo que a su vez incrementa el riesgo de sufrir un ictus. Es recomendable reducir el consumo de alimentos procesados y elegir versiones bajas en sodio.
  • Grasas saturadas: Las grasas saturadas, presentes en alimentos como la carne roja, los embutidos y los fritos, pueden contribuir a la formación de placas en las arterias y elevar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ictus.

3. Controlar el estrés y la salud mental

El estrés crónico puede ser un factor importante en el aumento del riesgo de ictus. Las personas que experimentan niveles altos de estrés durante períodos prolongados tienen más probabilidades de desarrollar hipertensión, enfermedades cardíacas y otros problemas que pueden aumentar el riesgo de un accidente cerebrovascular.

Técnicas de relajación recomendadas

Los mayores pueden beneficiarse de actividades que promuevan la relajación y el bienestar mental. Algunas de estas técnicas incluyen:

  • Medicación de la mente: Técnicas como la meditación, el mindfulness o la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés y promover una sensación general de calma.
  • Tiempo al aire libre: Salir a caminar por el parque o pasar tiempo en un entorno natural también puede reducir los niveles de estrés y mejorar el bienestar emocional.
  • Actividades recreativas: Practicar hobbies o disfrutar de actividades que generen placer, como leer, pintar o socializar con amigos y familiares, también ayuda a mantener el equilibrio mental.

4. Realizar chequeos médicos regulares

La prevención de un ictus no solo depende de las acciones cotidianas, sino también de estar alerta a los signos tempranos de posibles problemas de salud. Las personas mayores deben someterse a chequeos médicos regulares para monitorear su presión arterial, niveles de colesterol y control de enfermedades crónicas.

Importancia de las revisiones periódicas

Visitar al médico con regularidad permite detectar a tiempo cualquier anomalía en la salud, lo que puede ser crucial para evitar complicaciones. Además, el médico podrá recomendar cambios en el estilo de vida, medicamentos o tratamientos específicos según las necesidades individuales.

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Qué factores de riesgo aumentan la posibilidad de sufrir un ictus en personas mayores?

Los factores de riesgo más comunes incluyen la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad, la falta de ejercicio y una mala alimentación.

2. ¿Es posible prevenir el ictus por completo?

Si bien no se puede garantizar la prevención total del ictus, adoptar un estilo de vida saludable, como hacer ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada y controlar el estrés, puede reducir significativamente el riesgo.

3. ¿Cuáles son los primeros síntomas de un ictus en mayores?

Los síntomas más comunes de un ictus incluyen debilidad o entumecimiento en la cara, brazo o pierna, especialmente de un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, y pérdida repentina de la visión. Si se presentan estos síntomas, es crucial buscar atención médica inmediata.


Prevenir el ictus en las personas mayores es posible si adoptamos un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada, el control del estrés y revisiones médicas periódicas. Implementar estos hábitos puede marcar una gran diferencia en la salud cardiovascular y en la reducción del riesgo de ictus. En este sentido, espacios como la Residencia Real de Seseña ofrecen un entorno adecuado para que los mayores mantengan una vida activa y saludable, con la asistencia de profesionales capacitados para velar por su bienestar y prevención de enfermedades graves.

Al cuidar de nuestra salud y adoptar estos hábitos, no solo mejoramos nuestra calidad de vida, sino que también aumentamos nuestras posibilidades de disfrutar de una vejez saludable y plena.

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